Juan Gabriel Pardo Darbesio
Porqué elegà este oficio
Yo era chico y mi mamá me contaba que cuando estudiaba el profesorado de piano, venía un señor a afinarlo.
Yo sorprendido le preguntaba: ¿En serio se afinan los pianos? Y ella me decía: sí.
Tampoco es tan fácil porque al señor le llevaba unas cuantas horas hacerlo.
Yo acostumbrado a ver a mi papa repasar la afinación de 6 cuerdas de su guitarra, no me entraba en la mente como se afinaba un instrumento que tiene más de 200 cuerdas. Tampoco me imaginaba que el piano adentro es "otro mundo", un mecanismo complejo y piezas en tensión constante.
Por esas cuestiones de la vida, mi mamá nunca se imaginó que alguno de sus cuatro hijos iba a querer aprender y decidió venderlo. Así que crecí con la intriga de saber cómo sería disfrutar de tocar el piano y cada vez que veía uno metía los dedos encima como si supiera al menos una melodía, pero no salía nada. Ese deseo quedó guardado cuando empecé a estudiar violín, (que sigue siendo mi instrumento de preferencia), pero al año siguiente comencé a estudiar piano para apoyar la teoría y tanto insistir terminé aprendiendo algunas melodías.
Paralelo a esto, vivia rodeado de músicos que se reunían a tocar cantar con familiares. Me encantaba que fuéramos a visitar a mi bisabuelo Pepe donde sentía el aroma de la madera en su pequeño taller hobbista y yo tambien sentía que quería tomar parte de algo. Con el tiempo me prestaba herramientas para que practique cosas simples que con el tiempo se volvieron complejas.
Empece a estudiar violin a los 13 años, ya habiendo al menos conocido la guitarra de pequeño pero tocando muy poco. El profesor, Don José Enrique Bonacossa, también estaba incursionando lutheria y había fabricado el suyo. Me empezó a llamar la atención y quise hacer uno de adorno.
Poco tiempo despues José Bonelli, me invitó para compartir sus conocimientos de lutheria, que habia juntado durante alrededor de 50 años de oficio. Una tarde al salir de su negocio en Neuquén con algunas delgadas maderas para fabricar guitarras , varias cuadras después me ve un señor mayor con su bastón que venía saliendo de la farmacia con una bolsita de remedios. Me observa de lejos y rápidamente reconoce las maderas y me dice: "esas maderas son para hacer guitarras"...yo me asombre y dije: " quien será este sr?"...Resultó ser Lino Ruiz Diaz, oriundo de Paraguay, radicado en Buenos Aires donde fabricó Arpas Paraguayas por más de 50 años. En esta ocasión se encontraba en sus años de reposo junto a su esposa y demás familia. Estos tres luthieres nombrados anteriormente tenían más de 80 años de edad.
Más adelante conozco un señor que vino de Italia a visitar a su hermana que vive hace más de 40 años en Argentina. Su nombre es Walter De Bona, su oficio, además de dedicarse a una tienda de vinilos, era ebanista.
Cuando vio el violín que habia fabricado y que estaba intentando lustrarlo y no me salía, me ofreció ayudarme enseñando el resto del tiempo que iba a estar donde su hermana. Fue un poco difícil porque yo recién estaba aprendiendo el italiano y muchas cosas las tenía que anotar. Pero pudimos concluir en buen aprendizaje. Para poder hacer un trabajo presentable, me llevó cerca de 4/5 años de práctica.
La persona que me ayudo de una manera muy particular fue un luthier, recibido de la escuela de lutheria de la universidad de Tucuman. Su nombre es Carlos Ledesma, tiene su taller en Centenario hace más de 30 años. El comenta que vio tanto interés de aprender que no pudo dejar de darme un incentivo y compartir sus estudios de restauración y fabricación de instrumentos musicales.
Hoy estoy rodeado de pianos, violines, guitarras,otros intrumentos también; vivo de ellos y me encanta lo que hago, porque restaurar los instrumentos se volvió una pasión que me genera mucha satisfacción.
Mi vocación por la Lutheria me llevó a viajar a Europa para lograr aprender en la cuna de los artesanos. En ese viaje pude conseguir las herramientas indicadas y suficiente bibliografía para seguir aprendiendo durante años.
Así también soy participante frecuente de cursos y capacitaciones sobre la actividad, buscando alcanzar la satisfacción de cada persona que entre al taller.



GalerÃa de fotos

Afinación de pianos

Mi pasión

Guitarra clásica fabricada a mano en este taller

Por que elegà ser luthier: la genética de músicos, artesanos de primer nivel han influenciado el

El abuelo paterno, Alberto Pardo, cantaba y tocaba la guitarra habiéndose presentado y ganado en mÃ

Espacio destacado donde son exhibidas las primeras herramientas. Pertenecieron a mi tatarabuelo y bisabuelo

Nuestra oficina de recepción


Nota realizada en el Diario RÃo Negro, año 2010


Taller

Taller: fabricación violÃn
